viernes, julio 10, 2009

México, con el índice más alto de violencia entre jóvenes: OCDE


Mariana Norandi/La Jornada 9 de Julio, 2009

De acuerdo con datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), de sus 23 países miembros, México tiene el índice más alto de violencia entre jóvenes de secundaria. Uno de cada tres estudiantes considera que la secundaria es un lugar inseguro; uno de cada tres, que sus compañeros son peligrosos, y cuatro de cada 10, que la colonia donde viven no les genera tranquilidad. Partiendo de estos datos, y para combatir esa situación, la asociación civil Servicios a la Juventud (Seraj) presentó a los medios de comunicación la creación del Observatorio de Violencia Social, Género y Juventud, con el cual se plantea generar información para incidir en las políticas públicas que se diseñen para este sector de la sociedad. El observatorio abordará estudios de jóvenes cuyo nivel de edad va de 12 a 19 años y pertenezcan a escuelas de las delegaciones Cuauhtémoc e Iztapalapa, del Distrito Federal, y de los municipios de Ecatepec y Nezahualcóyotl, en el estado de México. Nos hemos centrado en esas edades porque es la población menos trabajada, la más invisibilizada de nuestra sociedad precisó Teresa Lanzagorta, directora de Seraj. Los principales ejes de estudio donde enfocará el observatorio su análisis serán la violencia familiar, de género, en el noviazgo y en la calle. En este trabajo se aplicarán metodologías que tengan como base una perspectiva de género y de derechos humanos.

La violencia contra las mujeres y grupos vulnerables es una práctica que ha crecido de manera alarmante entre los jóvenes, lo que hace urgente que gobierno y sociedad pongan en marcha acciones concretas para combatir este fenómeno. Lo más grave es que, por falta de conocimiento y educación en derecho humanos, los estudiantes de nivel medio superior justifican la violencia porque la ven como algo normal agregó Lanzagorta.

Este observatorio contará con un comité técnico consultivo que estará integrado por autoridades educativas del Distrito Federal y del estado de México; la administración federal de servicios educativos del DF, la representación de la educación media superior en el Distrito Federal y del estado de México, la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, la Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia contra las Mujeres y Trata de Personas, de la Procuraduría General de la República, las organizaciones civiles Alianza Cívica y Grupo de Educación Popular con Mujeres, la Procuraduría de Justicia del DF y académicos expertos en la materia.

Toda la información que se vaya generando estará abierta a la consulta ciudadana en la página de Internet: www.observatorio.seraj.org.mx


lunes, julio 06, 2009

Agresión militar a trabajador sexual y la pareja de otro compañero en Orizaba

La madrugada de este sábado 4 de Julio 2009 aproximadamente a las 24:30h de la noche más de 10 militares encapuchados que viajaban en una hummer, levantaron a un compañero sexual cuando estaba en su lugar de trabajo y a la pareja de otro compañero sexual. A ambos los subieron a golpes a la hummer, los tendieron en el piso y los cubrieron con una lona.

Fue así que se enfilaron hacia el Municipio de Mariano Escobedo, ubicado a media hora de Orizaba, pateándolos en la cabeza y en todo el cuerpo mientras otros militares les ponían sus armas largas en la cabeza. Al llegar a un lugar despoblado, los siguieron golpeando y amenazándolos con que los iban a matar a ellos y a toda su familia y también que los iban a violar.

Finalmente los dejaron en ese lugar. A la pareja de uno de los compañeros sexuales lo dejaron totalmente desnudo y al compañero trabajador sexual, le rompieron la blusa e intentaron quitarle el pantalón sin conseguirlo. Les quitaron todo su dinero e identificaciones.

Cuando se iban los militares, todavía los amenazaron, diciéndoles que si ellos denunciaban lo que les habían hecho, matarían a sus familias y que ya tenían sus credenciales con sus direcciones.

Así mismo, amenazaron con matar uno por uno a los demás trabajadores sexuales.

Los demás compañeros trabajadores sexuales y las compañeras trabajadoras sexuales que aun había en el punto de trabajo se movilizaron rápido y junto con su servidor Jairo Guarneros, acudimos al cuartel y en ese momento vimos llegar la hummer con todos los soldados con capucha e inmediatamente se metieron al cuartel.

Al poco rato parecieron los dos compas todos golpeados, un taxista los vio en las condiciones en las que estaban y los llevó hasta donde estábamos todos y todas.

En ese momento promovimos una denuncia penal en contra de los militares y posteriormente durante el Sábado nos manifestaremos frente al cuartel militar.

Uno de cada cuatro surafricanos admite haber violado a una mujer

Del medio millón anual de casos, se denuncia uno de cada 10 y se condena a uno de cada 25 acusados

JOAN CANELA BARRULL
JOHANNESBURGO

Suráfrica se encuentra en estado de choque. La aparición de un estudio elaborado por el Consejo de Investigaciones Médicas (CIM) ha destapado que uno de cada cuatro varones surafricanos «admite haber violado al menos a una mujer». Un dato que ha golpeado a una sociedad que se jacta de tener una de las legislaciones en materia de igualdad de sexos más avanzadas del mundo.
Y hay más: hasta tres cuartas partes de los violadores perpetraron su primer abuso antes de cumplir los 20 años, la misma cifra que confiesa «haber violado a más de una mujer», y un 5% admite haberlo hecho en el último año.
Aunque siendo sinceros «el resultado no es demasiado sorprendente», reconoce Nhlanhla Mokoena, coordinadora de la oenegé Gente contra el Abuso contra las Mujeres. Suráfrica es uno de los países del mundo con un índice más alto de violaciones: se calcula que hasta medio millón de mujeres las sufren cada año, aunque solo se denuncian una décima parte de los casos.
«Las raíces de este problema se encuentran en una sociedad muy patriarcal y en la noción africana de la virilidad –explica Mokoena–, además de un sistema judicial que favorece la impunidad». Apenas uno de cada 25 acusados es definitivamente condenado.
El estudio apunta otros factores, como el absentismo paternal, traumas infantiles y abusos en la infancia de los actuales violadores. «Unos problemas que los que los sufrieron, lamentablemente, legan a sus hijos», cuenta Rachel Jewkes, una de las autoras del informe.
Las lágrimas de Buyisiwe
La misma semana en que apareció el estudio se celebraba finalmente el juicio por el caso de Buyisiwe (nombre ficticio para proteger a la víctima), violada en su casa, en el este de Johannesburgo, por un grupo de siete hombres en noviembre del 2005. Cuando salió a buscar ayuda fue interceptada por otra banda que volvió a forzarla. El juicio por el segundo ataque fue retrasado más de 20 veces a lo largo de cuatro años hasta que las abogadas de la oenegé lograron llevarlo al tribunal superior provincial. Durante la vista, aún tuvo que sufrir amenazas e insultos de los acusados –que se escudaron en que pensaban que «era una prostituta»SEnD y sus familias. Cuando finalmente salió la sentencia condenatoria no pudo reprimir las lágrimas.
Suráfrica es el país con más seropositivos del mundo: cinco millones y medio de sus 48 millones de habitantes. Es fácil entender el interés que ha despertado esta investigación, titulada Entendiendo la salud de los hombres y la violencia: relación entre el VIH y las violaciones en Suráfrica. Aunque sus conclusiones niegan un porcentaje más elevado de portadores del virus entre los violadores, sí que demuestra que la tasa de infecciones entre los maltratadores es el doble. Y si el violador tiene más de 25 años, la víctima tiene hasta un 80% de posibilidades de contraer la enfermedad.
Para Jewkes, casos como la elección de Jacob Zuma como presidente del país suponen pasos atrás: «Es alguien que fue acusado de violación [aunque luego fue absuelto] y durante el juicio sus partidarios se concentraron cantando ‘quemad a la puta’. Necesitamos que los hombres, desde lo más alto hasta la base, asuman su parte de responsabilidad». Para Dean Peacock, codirector del Proyecto Sonke para la Justicia de Género, el momento es complicado, pues «la reavivación del tradicionalismo supone un peligro para los avances en materia de igualdad entre sexos».
Otra activista, Mogomotsi Mfalapitsa, portavoz de la oenegé Egender Health, que promueve la salud sexual en comunidades pobres, destaca que hay que actuar sobre los niños «tratando de protegerlos del bombardeo de mensajes machistas». Y explica que aquí es normal en las peleas de los recreos que los niños amenacen a las niñas con violarlas. Aunque también apunta que es necesario «recordar que no todos los hombres son iguales».

jueves, julio 02, 2009

Entre el riesgo y el placer: Políticas de salud sexual adolescente


Christian Rea Tizcareño/La Jornada

México, D.F. .- La política nacional de salud sexual y reproductiva ha estado enfocada, principalmente, en las personas adultas y que viven en pareja. Las y los jóvenes crecen con escasa educación biológica, más que sexual, que reciben en las escuelas y que se ve complementada por los medios masivos de comunicación. Si bien existen programas gubernamentales recientes que buscan evitar embarazos adolescentes e infecciones de transmisión sexual, los esfuerzos siguen siendo insuficientes. La experiencia y el conocimiento basados en la práctica lo tienen, una vez más, las organizaciones civiles.

“¡Me estoy muriendo o qué pasa?”, se preguntó asustada Andrea a los nueve años de edad, al sentir que fluía sangre de su cuerpo. Con miedo, mamá opinó: “eso es normal”, porque a todas las mujeres les pasa cada mes. También le dijo que desde ese momento tendría que ser “cuidadosa” para no embarazarse, pero no le explicó cómo. La niña se atemorizó, pensaba que cualquier roce con un hombre haría realidad las apocalípticas palabras de su madre, quien se casó a los 14 años de edad.

La sexualidad siempre fue un tema prohibido en casa. Placer, asunto exclusivo del pecado. Pene y vagina, términos malditos. “¡Cállate!”, la consabida respuesta para evadir los cuestionamientos. Papá, un hombre de provincia extremadamente machista. Cada que el hermano de Andrea se sentía triste, la consigna era “¡maricón!” Mamá, por su parte, se aferraba a la religión católica. “Yo lloraba, me preguntaba ‘¿cómo no me gustan los niños y si me llaman la atención las niñas?’”, confiesa.

Al convertirse en quinceañera, Andrea salió del clóset. Mamá se sintió defraudada, desheredó a su hija y la envió de inmediato con un sacerdote. El clérigo le subrayó a la muchacha que “Dios hizo a la mujer y al hombre; (por lo que) no podía enamorarme de una mujer”. Cada ocho días a misa y nada cambiaba en la joven. La madre le retiró el habla dos años. A casi un lustro de distancia, aún “cree que es una enfermedad, piensa que se me va a pasar algún día, que no sé lo que quiero”.

La información no cambia actitudes

Para el doctor Juan Luis Álvarez Gayou, director del Instituto Mexicano de Sexología, la educación en la sexualidad en México “está muy limitada”, a pesar de que la Secretaría de Educación Pública (SEP) sostiene que el tema se encuentra incluido en los libros de texto. La razón, “la información no cambia actitudes. Se puede leer una enciclopedia de sexualidad y seguir siendo homofóbico. La verdadera solución sería empezar la educación sexual desde preescolar”.

Los niños de preescolar no tienen prejuicios; pero los adultos les tejen una “telaraña” que se complementa con la instrucción de los pornógrafos. El resultado: más de 600 mil mamás menores de 19 años de edad; 500 mil embarazos y 350 mil partos de adolescentes al año; violencia de género en el seno familiar; feminicidios; crímenes de odio por homofobia; incremento de infecciones de transmisión sexual (ITS) y VIH/sida, y violaciones sexuales, enumera el experto para rematar que la educación en la sexualidad es la mejor vacuna a estos problemas.

Placer excluido

El investigador, autor del libro Sexualidad, los jóvenes preguntan, expone que para la ideología judeocristiana, basada principalmente en la reproducción, el placer está negado y las diversidades sexuales excluidas. Un ejemplo es el rechazo de las parejas a tener relaciones sexuales durante la menstruación, con el argumento de que “no es bueno”, sin saber que esta postura se promovió hace cinco mil años en la ley judaica, para la cual, la mujer en este período es “impura”.

Sexualidad no es sólo reproducción, sino “placer”, una palabra incómoda para el sistema actual. No es extraño que el Día Nacional de Lucha contra la Homofobia, aprobado ya por la Cámara de Diputados, aún esté congelado por el Ejecutivo federal, Felipe Calderón Hinojosa. “¿Qué hay detrás? El pensamiento conservador que dice ‘¿cómo vamos a aprobar la homosexualidad?’, si atenta contra la idea de que la sexualidad es para reproducirnos”, cuestiona.

Según el especialista en sexología, las campañas en materia de salud sexual enfocadas en el riesgo no han funcionado. A la par, se ve a la niñez como un grupo minusválido, y no como un sector que goza de derechos humanos. Además de que los programas e iniciativas en este rubro se supeditan al “visto bueno” de los funcionarios en turno, y no en argumentos meramente científicos. “Algo diferente hacen las empresas, que lanzan sus campañas publicitarias pre evaluadas en grupos focales, para ver qué impacto tienen sobre la gente. El gobierno no lo hace. Por eso, es menos efectivo que la iniciativa privada”.

Educación sexual desde preescolar

La educación en la sexualidad desde preescolar ya es un hecho para la Cámara de Diputados, que aprobó en abril del año pasado -con 236 votos a favor, 39 en contra y siete abstenciones- el proyecto de decreto por el cual se reforman los artículos 7 y 42 de la Ley General de Educación, así como el 32 de la Ley para la Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes. La iniciativa se turnó al Senado, donde aún se encuentra en la congeladora. Si se saca de los pendientes legislativos y se avala, la SEP tiene un año para ponerla en práctica, refiere Álvarez Gayou.

Agustín López, del Centro Nacional para la Salud de la Infancia y la Adolescencia (Censia) de la Secretaría de Salud (Ssa), concuerda con que la información en materia de derechos sexuales y reproductivos debe distribuirse a edades más tempranas con estrategias mayormente creativas, para esto si hay metas, tales como la de reducir la cifra de que 20 por ciento de los eventos obstétricos –embarazos y abortos, por ejemplo– ocurren en mujeres menores de 19 años de edad.

El subdirector de Componentes Estratégicos de la Adolescencia del Censia, precisa que la Ssa actualmente lleva a cabo programas dedicados a esta población, en los cuales se atiende la salud integral con un enfoque de derechos humanos, de género, de diversidad sexual y construcción de la ciudadanía. Asimismo, en 2009 se han repartido 15 millones de ejemplares de la Cartilla Nacional de Salud del Adolescente y 300 mil “combos anticonceptivos”.

Además, hay un modelo denominado “Servicios Amigables de Salud Sexual y Reproductiva para Adolescentes”. Son más de 600 y la mayoría está dentro de una entidad de salud grande. Cuentan con un equipo multidisciplinario: psicólogo, médico y trabajador social; sin embargo, “es complicado colocar esto en todo el país; no existen las condiciones, es una cuestión de insuficiencia de recursos humanos, técnicos y financieros”, lamentó el funcionario.

No hay una política integral

Por su parte, José Aguilar Gil, coordinador de la Red Democracia y Sexualidad, señala a Letra S que, según la investigación del doctor Douglas Kirby en 80 modelos de educación sexual, los “más exitosos” son los que dan información científica y clara. En contraste, los esquemas que promueven la abstinencia hasta el matrimonio no funcionan.

Los programas de educación sexual que actualmente se llevan a cabo desde la SEP no consideran el tema del “placer” como fundamental, porque están enfocados a disminuir el factor de riesgo. Aún así, la derecha y los grupos conservadores se oponen a ellos. A la fecha, dichos programas no han sido evaluados por las instituciones gubernamentales, añade.

En cuanto a la Declaración de la primera Reunión de Ministros de Salud y Educación para detener el VIH e ITS en Latinoamérica y El Caribe, firmada en 2008 por la administración calderonista en el marco de la XVII Conferencia Internacional de Sida, Aguilar reconoce que desde el ámbito gubernamental se han realizado algunas “labores”, tales como que el secretariado del seguimiento de la Declaratoria la tiene México; capacitación de profesores y la inclusión del tema en los libros de enseñanza básica -a partir del cuarto de primaria-, conforme al programa vigente de la SEP.

Sin embargo, continúa, no se sabe si dichos textos estén en todas las escuelas de la República y se desconoce la manera en que la planta docente enseña los contenidos en el salón de clases; además de que los programas instrumentados no están integrados a una sola política pública coordinada por la SEP y la Ssa de forma conjunta. “Ha sido lento el camino, no se ha hecho mucho, no se han logrado unificar las acciones aisladas. No hay nada claro. Falta una ley para el trabajo con adolescentes. El Censia, que es el encargado, tampoco ha podido lograr hacer programas más inclusivos”.

Aguilar opina que a la clase política mexicana no le importan los derechos sexuales y reproductivos de las y los jóvenes. La carencia de propuestas en este rubro en las plataformas que contienden rumbo al 5 de julio, refleja “que más bien les interesa hacer pactos para ganar posiciones. Le dan poco peso porque no es popular en el ámbito electoral”.

Detrás de las leyes antiaborto aprobadas en 13 estados de la República están “la jerarquía católica, los empresarios, los grupos de ultraderecha, los poderes fácticos”, que negocian con la clase política gubernaturas o presidencias municipales. Finalmente, no les importan las muertes maternas o el Estado laico. En este sentido, “nos estamos viendo cortos”; no obstante, la sociedad civil organizada debe presionar, pedir rendición de cuentas y exigir el cumplimiento de los acuerdos de la Declaración de Ministros de 2008 y, evidentemente, las Metas del Milenio.