Niña lapidada por islamistas en Somalia: fue violada por 3 hombres

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) ha confirmado hoy que la niña de 13 años que fue lapidada por los islamistas bajo la acusación de adulterio en Somalia fue presuntamente violada cuando iba a visitar a su abuela. Esta fue la la primera ejecución pública perpetrada por las milicias islámicas desde hacía dos años.

La niña fue lapidada en Kismayu delante de cientos de espectadores después de que los líderes locales afirmaran que era culpable según la ley islámica o sharia, y los testigos afirmaran que la víctima tenía 23 años. "Las informaciones indican que fue violada por tres hombres mientras viajaba a pie para visitar a su abuela en la capital, Mogadischo", indica Unicef.

"Después del ataque, buscó protección de las autoridades, quienes entonces la acusaron de adulterio y la sentenciaron a muerte", añade el organismo en un comunicado. "Una niña fue tratada injustamente dos veces, primero por los culpables de la violación y después por los responsables de administrar justicia", señala.

Vulnerabilidad de niñas y mujeres

Unicef también subraya que el suceso destaca la vulnerabilidad de las niñas y mujeres en Somalia, que sufre un conflicto civil desde hace 17 años. En el último ciclo, los rebeldes islamistas se enfrentan al Gobierno y al Ejército etíope, que les respalda.

El grupo defensor de los derechos humanos Amnistía Internacional (AI) identificó a la niña como Aisha Ibrahim Duhulow y dijo que fue asesinada por 50 hombres que la apedrearon hasta la muerte en un estadio en Kismayu, delante de 1.000 espectadores.

Su padre y otras fuentes declararon a AI que había sido violada por tres hombres. Cuando la familia intentó denunciar la violación a la milicia Al Shabab, que controla Kismayu, fue acusada de adulterio y detenida, mientras que ningunos de los acusados de la violación fue arrestado.

"Esto no fue justicia, ni una ejecución. Esta niña sufrió una muerte horrenda a instancias de los grupos armados de la oposición que controlan actualmente Kismayu", declaró un miembro de AI Somalia, David Copeman. "Esta muerte es otro abuso de los derechos humanos cometido por los combatientes [...], en Somalia, y manifiesta de nuevo la importancia de una acción internacional para investigar y documentar estos abusos", añade su comunicado.