domingo, julio 15, 2007

Para las mujeres: PREVALECE LA IMPUNIDAD

Impunes, los violadores de Castaños

Las víctimas de los ultrajes de 12 militares esperan justicia, a un año de los hechos en Coahuila

A partir de nota de la Jornada 14Jluio07. Monclova, Coah. A un año del caso Castaños, que involucra a 12 militares acusados de violar a 13 sexoservidoras y bailarinas de los centros nocturnos El Pérsico y Las Playas, las víctimas siguen esperando justicia.

Por primera vez los agresores fueron consignados por el fuero común: ocho se encuentran presos en el centro de readaptación social de esta ciudad y cuatro están prófugos. Todos pertenecen aún al Ejército, a pesar de haber sido acusados de violación calificada y tumultuaria.

"El proceso está lleno de irregularidades", denuncia en entrevista con La Jornada el obispo de Saltillo, Raúl Vera, quien desde hace un año ha apoyado a las mujeres ultrajadas. "La lentitud es un mal síntoma que demuestra cómo han hecho un pacto para beneficiar a los acusados. Nosotros no vamos a olvidar. Si esa es la intención de las autoridades, están equivocadas. Nunca permitiré que el delito quede impune", advierte.

El juez segundo penal Hiradier Huerta Rodríguez se encuentra en la etapa de revisión de los 13 expedientes, que constan de unas 19 mil fojas. Los acusados, pertenecientes al 14 regimiento de caballería motorizado, son el subteniente Norberto Carlos Francisco Vargas, el sargento segundo Juan José Gaytán Santiago, los cabos de caballería Angel Antonio Hernández Niño y Norberto González Estrada, y los soldados Omar Alejandro Rangel Fuentes, Fernando Adrián Madrid Guardiola, Casimiro Ortega Hernández, Rosendo García Jiménez, Ricardo Hernández, Bardomiano Hernández García, José Raúl Ramírez Martínez y Héctor Méndez de la Cruz.

Las 13 mujeres denunciaron que han sido víctimas de llamadas intimidatorias, amenazas para que abandonen el proceso, careos ruines con sus agresores, repetidas y prolongadas reconstrucciones de los hechos, presiones para que firmen documentos en blanco y duras terapias sicológicas.


El optimismo de la abogada ( de la organización CPROVI, de linea oficialista) y del Ministerio Público contrasta con los hechos, según Guadalupe Oceguera Flores, quien cada semana acude a dar a apoyo a las afectadas durante sus revisiones medicas: "exigimos que aceleren el proceso y que detengan a los prófugos. Ellas, y todos los involucrados en el caso, estamos en un riesgo constante, porque los militares pueden regresar o mandar a otras personas a atacarnos. Catorce fueron identificados plenamente, aunque después dijeron que sólo 12, pero en realidad participaron entre 20 y 25 soldados. ¿Qué pasó con los otros? No hay que olvidarlo".


Y añade: "nos indignan los privilegios que tienen los militares presos. ¿Por qué ellos son privilegiados y a otra gente con delitos mucho menos graves la tratan de lo peor? No es posible que gocen de beneficios por tener un uniforme que mancharon, que no respetaron, y que ahora estén tan tranquilos y a gusto: total, no pasan penas en la cárcel".

La defensa de los acusados logró que Wendy y Nubia, ex trabajadoras de El Pérsico, se retractaran de sus declaraciones ministeriales, luego de haber sido violadas por varios soldados.

"A pesar de eso hay una declaración inicial de las dos. Hay testigos que señalan que fueron ultrajadas como para que ahora digan que los soldados no les hicieron nada. Pensamos que hubo dinero de por medio. Ellas ya no laboran en El Pérsico porque las otras muchachas ya no permitieron que entraran; estaban muy enojadas porque no es posible que las hayan arriesgado también a ellas."

Incluso Wendy declaró que la jefa de comunicación del obispado de Saltillo le ofreció 200 pesos para que hiciera una declaración contra los militares. Jacqueline Campbell decidió interponer una denuncia contra la trabajadora sexual por difamación: "Es absolutamente falso. No le di dinero para que se sembrara algún delito ni tampoco para que se señalara a alguien como culpable. No era necesario. Para todos eran evidentes los crímenes. Lo que pasa es que hubo hostigamiento contra ella y la pusieron no tanto en contra mía, sino del lado de sus agresores".

Las trabajadoras de El Pérsico y Las Playas señalan que tienen miedo porque los militares las amenazaron si decidían denunciarlos. El obispo de Saltillo estuvo con ellas al día siguiente de la agresión y dice que pudo constatar el grado de crueldad que los soldados emplearon para torturarlas.

"Estas muchachas necesitan protección. Si yo recibí llamadas amenazantes -y yo lo atribuyo a los militares que se escaparon-, más estas mujeres, que están aquí, expuestas, porque cualquiera se puede meter donde ellas siguen trabajando", manifiesta. Considera que la sociedad debe dejar a un lado los prejuicios y no juzgar moralmente a estas mujeres por ser trabajadoras sexuales. Eso, añade, no debe condicionar el ánimo para que se repare el daño y la injusticia cometidas contra ellas.

Otra de las estrategias de la defensa, a cargo de Aída Margarita Guardiola Ramírez, ha sido filtrar a los medios coahuilenses fotografías de los soldados en ropa interior, para demostrar que la Procuraduría General de la República violó sus derechos humanos. "Esa es una chicanada. Eso no disminuye en nada su delito", replica indignado el obispo.

A pesar de las anomalías del caso, el agente del MP asegura que la sentencia contra los militares será emitida por el juez a mediados de agosto: "He tenido conocimiento sobre la impunidad en torno a los delitos cometidos por militares contra mujeres en otros puntos de la República, pero esperamos que aquí, en Coahuila, no suceda, porque tenemos acreditado el cuerpo del delito y sabemos que va a ver sentencias condenatorias".

"Alarmante", ola de feminicidios en el Edomex

EFE (La Jornada 14 Julio2007).La cifra de mujeres asesinadas en el estado de México crece de manera "alarmante" y supera ya el número anual de feminicidios ocurridos en Ciudad Juárez, denunciaron ayer dos comisiones de la Cámara de Diputados.

Las diputadas Maricela Contreras y Sofía Castro, presidentas de las comisiones de Equidad y Género y de la Especial para Conocer las Políticas Públicas y la Procuración de Justicia Vinculada a los Feminicidios en México, respectivamente, denunciaron en un comunicado que en lo que va de año han sido asesinadas 78 mujeres en esa entidad.

De los homicidios cometidos contra mujeres en el estado de México en 2007, en 12 casos las víctimas tenían menos de tres años y en nueve no superaban los 13 años, destacaron las legisladoras.

Contreras y Castro advirtieron que mientras en el estado de México, donde habitan 7.3 millones personas de sexo femenino, murieron en 2006 un total de 138 mujeres, en el mismo periodo en Ciudad Juárez se registraron 20 homicidios.

En Ciudad Juárez han sido asesinadas más de 400 mujeres en los pasados 14 años, y 16 en lo que va del año.

Las diputadas indicaron que el año pasado la cifra de feminicidios en el estado de México creció 30 por ciento, y que varios casos se caracterizan por "la violencia sexual contra mujeres jóvenes, previamente desaparecidas, cuyos cuerpos son abandonados en lotes baldíos o en basureros".

También se documentan casos de padres biológicos o padrastros que mataron a sus hijas, recién nacidas abandonadas, mujeres ultimadas por venganzas sentimentales y otras asesinadas por desconocidos, aseveran.

Es el costo por criarlas, dicen padres de ese municipio de Chiapas

Vender o repudiar mujeres, práctica normal en Teopisca (Chiapas)


FOTO Moysés Zúñiga Santiago

Teopisca, Chis., 14 de julio. Para evitar ser vendidas por sus padres, muchas niñas y jovencitas de las comunidades indígenas de este municipio huyen hacia las zonas urbanas cada vez con más frecuencia y se emplean en tiendas, comercios y casas particulares.

La costumbre de vender a sus hijas -algunas de 12 años de edad- es considerada "normal" por muchos padres de familia de la zona indígena y autoridades, y se justifican al decir que sólo cobran lo que ha costado "la crianza" de la mujer.

Otro hecho "normal" es la devolución de las mujeres cuando el marido alega que no saben trabajar o no pueden tener hijos, como ocurrió recientemente en una de las más de 180 localidades de este municipio.

Según información de los pobladores, el marido se quejó ante las autoridades de que la joven mujer con la que se había casado "no servía para hacer el oficio en la casa", por lo que decidió devolverla a sus padres.

El caso fue tratado en asamblea general extraordinaria, donde las autoridades, los ancianos y el resto de la población estuvieron de acuerdo en que la joven, exhibida y humillada, fuera devuelta -como una mercancía-, y sus padres regresaran el dinero que recibieron por ella.

Los progenitores no tuvieron más que aceptar el acuerdo, que incluía la imposición de un castigo para la mujer, el cual no fue precisado.

Una fuente de la alcaldía aseguró que la venta y la devolución de las mujeres es algo común en las comunidades, pero en fechas recientes las jovencitas se han comenzado a rebelar y prefieren huir de sus hogares antes que sus padres hagan trato con algún pretendiente.


Es el caso de una joven de 16 años que huyó de su casa al darse cuenta de que un hombre al que ella no quería pagó 6 mil pesos a su padre para casarse con ella. El progenitor fue retenido por la familia del pretendiente y obligado a devolver el dinero recibido.

Una joven de 14 años, que huyó de su casa ubicada en una comunidad del vecino Amatenango del Valle y se empleó en una papelería en esta ciudad, aseguró que las jovencitas han empezado a tomar conciencia de sus derechos y desafían "los usos y costumbres" comunitarios. Cada vez son más las que salen a zonas urbanas a trabajar para evitar ser vendidas por sus padres.

Por esta razón las mujeres que salen de su comunidad ya no son conquistadas por los varones, quienes alegan que "ellas han sido tocadas en la ciudad y ya no sirven"; además, han cambiado su forma de vestir.

Contó que, según sus abuelos, antes los padres no vendían a sus hijas. "Dicen que el novio llevaba bocado (entrega de una canasta con pan, refrescos, cerveza, aguardiente) y otros productos para que los padres le dieran a la mujer".

Pero desde hace varios años "la costumbre se ha pervertido porque, además del bocado, los padres piden dinero por sus hijas, muchas de 12 años de edad, las cuales son vendidas. En muchos casos sólo se aplica la costumbre del bocado, considerada menos denigrante para las mujeres.

"El precio de la hija lo decide el padre según lo que haya gastado en alimentación, salud, vestido y educación, si es que la ha tenido, y otros aspectos relativos a la crianza de su hija y de acuerdo con sus características físicas", manifestó la jovencita. Agregó: "Está mal que los padres vendan a sus hijas, pues no son cosas. Por eso vine a trabajar a Teopisca, para que nadie me compre, y una de mis primas también llegó conmigo".

Cada vez son más las mujeres de municipios de Chiapas, como Amatenango del Valle, que huyen de sus comunidades para trabajar en zonas urbanas ante el temor de ser vendidas por su padres

El alcalde de Teopisca, Abel Tovilla, aseguró que en su municipio "ya no existe la costumbre de que los padres vendan a sus hijas porque 99 por ciento de las comunidades son cristianas, y ahora ya se casan conforme a su creencia religiosa; ya existe el noviazgo".

Al contrario, una religiosa que no quiso ser identificada comentó que algunos padres de familia católicos que "escuchan la palabra de Dios son los que ya no piden dinero por dar a sus hijas, sólo bocado". Los que más venden a sus hijas, agrega, son los priístas tradicionalistas, que piden mil, 2 mil, 5 mil o 10 mil pesos por la crianza de la mujer".

Manifestó que es común que los hombres devuelvan a las mujeres, algunas veces embarazadas, con el pretexto de que no saben echar tortillas, lavar la ropa, hacer comida y recoger leña.

También ocurre, añadió, que cuando los padres no aceptan el bocado, el novio mata a la joven o a alguien de su familia. "En Amatenango han ocurrido tres homicidios de 2004 a la fecha", señala.

El obispo Felipe Arizmendi Esquivel afirmó: "Cuando yo he preguntado a indígenas sobre esto, me dicen que no es propiamente una venta de las hijas, sino que sus papás piden ayuda para todos los trámites previos al casamiento.

"Quienes van de parte del novio, familiares o arregladores, deben llevar pan, fruta, refresco, posh (aguardiente), carne y dinero, pero dicen que es para dar de comer a la familia de la novia, a sus parientes y a cuantos intervienen en la petición. No se diga en algunos casos el matrimonio religioso, aunque no es muy frecuente".

Consideró: "Habría que averiguar si se trata de una compra o una costumbre de compartir, en forma comunitaria, los acontecimientos familiares".

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