Asesinan a Karina
Fue hallada en la carretera federal a Tehuacán, maniatada con cinta canela y en una bolsa negra
A más de 72 horas de que fuera secuestrada, Karina Reyes Luna fue hallada muerta, ayer a las 15:05 horas, en el interior de una bolsa negra, sobre la carretera federal Orizaba-Tehuacán, cerca de Puerto Del Aire, en un lugar conocido como La Mojanera, dentro de los límites del estado de Puebla, en el kilómetro 26+600.
Al parecer, el cuerpo de la jovencita fue arrojado desde un vehículo en marcha, en el carril de bajada hacia la carretera federal del tramo de Tehuacán, según uno de los jefes policiacos.
Extraoficialmente se conoció que la sobrina del arzobispo de Xalapa, monseñor Hipólito Reyes Larios, e hija del rector de la Universidad del Golfo de México (UGM) Sur, Luis Reyes Larios, tenía al menos 10 horas de haber sido ejecutada por sus plagiarios.
Un campesino, identificado como Rogelio Juárez Peralta, de 23 años, vecino del Barrio Guadalupe de Acultzingo, realizó el hallazgo e informó al comandante de la Policía Municipal de Acultzingo, Martín Sánchez Martínez, quien a su vez pidió el apoyo de la Ministerial y SSP de Mendoza.
En minutos llegaron al lugar más de 50 efectivos de la Ministerial, encabezados por el coordinador de la zona, Oscar Cid Romero; y por el director general de la misma, Samuel Juárez López, así como Arturo Minkis, delegado de Seguridad Pública.
Alrededor de las 17:00 horas llegó en una camioneta de la UGM el exalcalde de Orizaba, Martín Cabrera y un hombre que fue identificado como el chofer de la familia Reyes Larios.
Ellos confirmaron la identidad del cadáver que estaba a unos 20 metros de la carretera.
“Sí es”, dijo el ex edil, que de inmediato se retiró con su acompañante con la misma rapidez con la que llegó.
Treinta minutos después, Oscar Luna Mata y su hijo Michael Alberto Luna Moreno confirmaron nuevamente que se trataba de su sobrina y prima, respectivamente.
Poco después, Marco Antonio Lezama Moo, subprocurador del Estado de la Zona Cordoba-Orizaba, llegó al lugar y esperó al agente del Ministerio Público común de Ciudad Mendoza, Jaime Pizano, quien finalmente realizó las diligencias del levantamiento del cuerpo.
Al momento de ser identificada, la joven Karina vestía una falda color vino y blusa negra, ropa que, según la Policía, era la misma que llevaba el día en que la secuestraron.
El cuerpo tenía el rostro cubierto con cinta canela, estaba atada de pies y manos y había sido envuelta en una bolsa de plástico negra.
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