el hombre que odiaba a las mujeres: Arturo Chávez Chávez
LYDIA CACHO
MÉXICO.- El nombramiento de Arturo Chávez Chávez como procurador general de México ha desatado la ira de las organizaciones de derechos humanos y las asociaciones feministas. La activista Lydia Cacho explica que Chávez, que era fiscal del estado de Chihuahua cuando comenzó el feminicidio en Ciudad Juárez, no hizo nada por las asesinadas ni las 2.000 desaparecidas en esa localidad.
En México desde hace meses corría el rumor de que en la Procuraduría General de la República (PGR) nadie quería la silla caliente de fiscal general. Eduardo Medina Mora, el actual, había renunciado ante el presidente Calderón varias veces, sin resultados. "Esa silla huele a muerto", dijo un agente ministerial, refiriéndose a que Medina Mora llevaba meses paralizando casos, unos por órdenes, otros por intereses políticos y otros más porque Genaro García Luna, secretario de Seguridad Pública, usurpa sus funciones y fabrica casos al estilo Big Brother en la televisión; haciendo como hizo Bush con los medios, un espectáculo de la narcoguerra.
Y, como si no bastara la guerra contra el narco y las tensiones políticas, le ponen leña al fuego entregando la silla a Arturo Chávez Chávez, ex delegado estatal de la PGR, ex procurador de Chihuahua cuando comenzaron los feminicidios en Ciudad Juárez. Lo que nos faltaba: el rey de la impunidad del feminicidio y de las casi 2.000 desapariciones forzadas en Chihuahua, designado como encargado de la Fiscalía general del país.
¿Nadie le dijo a Calderón que la recomendación 44/98 de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos sobre Chávez exige que se le aplique la ley por fabricación de culpables y por negarse a investigar? Y que su mano derecha operaba para el Cártel del Golfo. O que en denuncias formales por desapariciones forzadas Chávez aparece como sospechoso. Él presume de su amistad con el Jefe Diego (abogado y líder del sector más conservador del Partido de Acción Nacional) y el secretario de Gobernación. Ésos son sus méritos. Le corresponde al Senado ratificar al procurador y resulta que nadie se acordaba de que Chávez fue quien acuñó la frase 'las violan y las matan por prostitutas', avalando cien feminicidios en Chihuahua. Los diputados han dicho que 'ojalá que Chávez salga bueno', como si fuera un jamón. Como si no tuviese historia.
Si el presidente fuera el capitán de un barco, le advertiríamos de que cuando la nave hace agua se enciende la bomba de achique y se trae a un experto, nunca se abre un boquete más grande. Pero no somos un barco, sino un país lleno de rabia, agotado por la violencia y la inseguridad, por la pobreza y los impuestos, donde las mujeres viven una violencia cada vez más sádica, un país en que los pederastas poderosos salen ilesos; somos un país en el que la simulación de justicia para la opinión internacional es el pan de cada día.
Para esa silla caliente de procurador urge nombrar a una persona de probidad demostrada, que ayude al discurso presidencial de que los Derechos Humanos sí le importan. A menos que poner a Chávez, el hombre que odiaba a las mujeres, sea el mensaje que Calderón nos manda a las mexicanas. ¿Será posible?" .
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