martes, marzo 11, 2008

GRAN FERTILIDAD!!! | LA HISTORIA DE PAMELA


CRONICA un suplemento de EL MUNDO


Con 7 (hijos) a los 16 (años)

Pamela es una joven de un pequeño pueblo de Argentina que a los 13 años tuvo un aborto; a los 14 había dado a luz a un niño y a los 15 tuvo trillizas. El pasado 20 de febrero, días antes de cumplir los 17 años, alumbró a trillizas. Los embarazos fueron de tres padres diferentes, lo cual para algunos de los vecinos de la localidad agrícola de Leones, es motivo de escándalo.

Pamela visita el Hospital de San Roque, para sus periódicos chequeos médicos y visita a las tres recién nacidas. Las criaturas se encuentran fuera de peligro, pero aún en incubadora hasta que suban de peso. Al concluir la visita de Pamela, el doctor Jorge Marguerit quien ha atendido a Pamela comenta."La gestación de trillizos es bastante común en mujeres sometidas a fecundación artificial. Pamela es un caso extraño: en cada ciclo produce de forma natural un número importante de óvulos. Sus partos han sido difíciles y el último hubiera puesto en riesgo su vida de no ser por la experiencia del equipo que la atendió. Los que la censuran son una minoría retrógrada. La comunidad en bloque se ha movilizado para ayudarla con pañales, ropa, alimentos...", dice el médico.Después del nacimiento de las primeras trillizas pensábamos implantarle un Dispositivo Intrauterino (DIU), pero su mamá Magdalena se opuso diciendo que había que ligarle las trompas, lo cual no era recomendable a esa edad. Como no confiábamos en que tomara la píldora, optamos por las inyecciones anticonceptivas que se aplican cada 21 días. Una sola vez se olvidó de venir al consultorio y a las pocas semanas de nuevo la teníamos encinta", concluye Marguerit.

En rigor, Pamela sólo ejerce a medias su maternidad. El primer hijo, Lisandro, de dos años y medio, vive con su padre en Marcos Juárez, otro pueblo de la provincia de Córdoba. De ese progenitor, obrero mecánico, se comenta que fue el gran amor de Pamela, pero que al poco tiempo de convivir se cansó de la indolencia de su pareja y, sobre todo, de las intromisiones de la suegra. Al final acordaron que el joven se quedaría con la custodia del chico y que Pamela podría visitarlo.

El papá de las primeras trillizas aceptó participar con Pamela en un programa de ayuda psicológica a parejas adolescentes y consiguió trabajo en una planta procesadora de soja. Un mes después desapareció sin dejar rastro."Para Pamela ese abandono fue un golpe del que no se ha podido recuperar. Se había vuelto más diligente e incluso pensaba en proseguir sus estudios, cuando las niñas crecieran. Todas esas ilusiones se desmoronaron", comenta Julia Lindo, asistente social. Las pequeñas Ludmila, Macarena y Camila, de un año y medio, quedaron al cuidado de una hermana que disfruta de una situación relativamente holgada.

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